La instalación de este cultivo ofrece aportes muy importantes en varios renglones de la producción.
En proyectos apícolas, la alfalfa constituye una fuente importante de alimentación por su profusa floración y, basados en experiencias de campo en una hectárea de terreno, se pueden instalar cuatro colmenas para la producción de miel.
En cuanto a engorde intensivo, el heno o forraje en verde se puede mezclar con el camerún, la caña de azúcar, el sorgo, la avena u otra gramínea que se disponga en la finca. También es excelente para la nutrición de los caballos.
Los suelos con más de cuatro a cinco años de alfalfa vuelven a recuperarse y demuestran altos contenidos de materia orgánica, gracias a la fijación de nitrógeno y su sistema radicular pivotante que rompe el pie de arado (muy perjudicial en agricultura).